martes, 27 de septiembre de 2011
UN DIA DE VERANO
Estoy tendida en la hierba verde y blanda
bajo la sombra de los abedules.
Escucho el soplo del viento entre las ramas,
y miro la ligera danza de las hojas.
Un pájaro se acuna sobre la ramita
y gorjea un himno al sol…
¡Canta por la alegría de vivir!
Calla el viento,
y el aire se llena de otros sonidos.
Dentro del cáliz de las flores
hay abejas obreras escondidas,
zumbando entre los pétalos
El ratón aleonado de pelo pardo,
desde su madriguera bajo la mata,
mira el salto del grillo campestre
y chilla admirado.
Majestuosas vuelan las mariposas
con su lento mover las alas.
Se posan sobre arbustos y yerbas
convirtiéndose en flores de hadas
que el hombre no logra coger.
¡Reina la paz! ¡Reina la armonía!
Un nubarrón de repente cubre el sol,
vuelve a levantarse el viento,
cada vez más fuerte y más fuerte.
Las ramas se retuercen,
ocultan el azul del cielo.
Se espanta el pájaro,
se espantan las mariposas,
huye el ratón.
¡Revienta el chaparrón!
De pronto se pierden los seres,
alejándose en busca de amparo
Ya no son leves sonidos en el aire,
son azotes que se oyen,
y doblan el tallo de las flores
Llora el matorral, llora la yerba.
¡Daos ánimo! Es verano y volverá
a brillar el sol.
Leena Kokkonen Pirkko
UN GIORNO D’ESTATE
Sono stesa nella morbida erba verde
all’ombra delle betulle,
ascolto il soffio del vento tra i rami
e guardo la soave danza delle foglie.
Un uccello si culla su un ramoscello
e gorgheggia un inno al sole.
Canta per la gioia di vivere!
Tace il vento
e l’aria si riempie di altri suoni.
Dentro i calici dei fiori
le api operose nascoste
ronzano tra i petali.
Il topo campagnolo dal pelo scuro
dalla sua tana sotto la zolla erbosa
guarda il salto del grillo campestre
e squittisce di ammirazione.
Maestose volano le farfalle
con lento muover d’ali.
si posano sui cespugli e sulle erbe
trasformandosi in fiori di fate
che l’uomo non riesce a cogliere.
Regna la pace! Regna l’armonia!
Un nuvolone all’improvviso copre il sole.
Ricomincia a soffiare il vento,
sempre più forte, più forte.
I rami si attorcigliano,
offuscano l’azzurro del cielo.
Si spaventa l’uccellino,
si spaventano le farfalle,
fugge il topolino.
Si scatena l’acquazzone.
Spariscono in fretta gli esseri
In cerca di riparo.
Non sono più lievi i suoni nell’aria;
sono colpi di frusta che si sentono
e che piegano in due i gambi dei fiori.
Piangono i cespugli, piange l’erba.
Coraggio! È estate e tornerà a splendere il sole.
Leena Kokkonen Pirkko
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